A veces me han preguntado sobre las cualidades que debe tener un buen consultor de comunicación ya sea como profesional independiente o como parte del equipo de una agencia de comunicación. He aquí algunos puntos útiles que creo que deben ser parte de su personalidad y de su profesionalidad:
- El buen consultor es apasionado y resiste el estrés: Si pudiéramos definir al consultor de comunicación perfecto, diría que es aquel que en su personalidad se aúnan varias características. De estas dos de ellas son fundamentales: la pasión por su trabajo y la resistencia al estrés. Si no es un apasionado de su trabajo será difícil que pueda resistir los momentos de estrés que serán muchos a lo largo de tu trayectoria profesional.
- El buen consultor es curioso: Otra cualidad de vital importancia es su interés por el continuo aprendizaje y temas nuevos. Con cada cliente nuevo se abre un mundo de posibilidades, formas y métodos de trabajo. Cada cliente es distinto y cuando se empieza a trabajar con cada uno de ellos se debe aprender no sólo todo sobre su empresa, sino también sobre su sector y, más pormenorizadamente, sobre su actividad. La capacidad de adaptación por tanto a cualquier sector es fundamental en cualquier consultor. Un día puedes ser responsable de comunicación de una cuenta de informática o telecomunicaciones y al otro, de una compañía energética, moda o incluso de una ONG.
- El buen consultor es periodista pero también vendedor: Un buen consultor de comunicación además debe ser periodista para saber detectar lo que puede ser noticiable en cada información, pero también debe ser un buen vendedor (y esto no es nada fácil) para hacer llegar esa noticia a los medios.
- El buen consultor no solo ejecuta sino también es decisor: De cara al cliente, lejos de ser un mero ejecutor de sus instrucciones, en Agencialia pensamos que teniendo en cuenta siempre los deseos del cliente, el consultor debe asesorarle en cuál es la mejor estrategia a seguir para conseguir los resultados deseados. El cliente siempre sabe qué quiere comunicar, pero como consultor de comunicación debemos ayudarle a saber “cómo” comunicarlo. Por tanto, el consultor de comunicación perfecto debe hacer valer su opinión ante los máximos responsables de la firma transmitiendo con coherencia sus mensajes, pero también sabiendo acatar lo que finalmente haya decidido el cliente.
- El buen consultor es empático: La empatía debe ser otro de sus puntos fuertes, de hecho, sobre todo en las pymes, los consultores llegan a ser con el paso del tiempo la mano derecha de sus clientes lo que conlleva a un entendimiento mutuo que facilita el trabajo del consultor logrando con ello mejores resultados.
- El buen consultor es creativo: La creatividad debe ser otra de sus cualidades, para no dejarse llevar por la rutina, aportar ideas frescas y estar preparado para hacer frente a cualquier imprevisto, así como no ser conformista intentando siempre superar los objetivos estipulados.
- El buen consultor cuida a sus contactos tanto o igual como a sus clientes: Otro factor importante es saber cuidar y mantener a sus contactos profesionales con su profesionalidad y buen hacer. Los contactos son imprescindibles para cualquier consultor por tanto debe tratar a los medios de comunicación como si fueran sus clientes porque indirectamente se les debe considerar también así.
- El buen consultor es respetuoso con su competencia: Nunca desprecia, ridiculiza, ni humilla a la competencia, por encima de todo, respeta a los demás y sabe aprender de los competidores.
- El buen consultor está siempre informado sobre su cliente: Desde primera hora debe interesarse por conocer las apariciones de sus clientes en los medios, ver los temas de actualidad explotables y analizar cómo poder sacar partido de ello con las declaraciones de su cliente, entrevistas en la que puede ofrecer su opinión o realizar algún artículo de opinión para posicionarlo como líder o referente.
- El buen consultor debe saber analizar y aceptar los resultados obtenidos de las acciones realizadas: Debe aceptar con humildad los halagos de sus clientes pero de igual modo también debe asumir los fallos cometidos con el fin de corregir o modificar la estrategia de comunicación para conseguir los mejores resultados.